Prologo Roberto Martinez

PROLOGO ROBERTO MARTINEZ



Bueno, la verdad es que no sé cómo iniciar esta breve descripción sobre mí. Me llamo Roberto M. Martínez (es lo primero que se dice, ¿no?). Aunque soy una persona a quien le puede mucho el estudio (es una de las cosas que suelo hacer en mi día a día), de vez en cuando me gusta tener otras aficiones. Soy una persona polifacética.

En lo tocante a la cultura, suelo abarcar mucho, pues suele gustarme todo lo que sepa a la misma en el más amplio sentido de la palabra. Todavía recuerdo aquellas lecciones de historia del Renacimiento en donde los estudiantes recibían obligatoriamente formación en muchas materias (latín, matemáticas, astronomía, retórica, etc.). A veces, yo me veo así, salvo que lo hago de modo altruista. Ello me ha servido en muchas ocasiones de la vida (cuando estoy hablando con la gente, cuando estoy viendo algún documental con alguien, cuando voy de viaje y paso por algún monumento que conozco, etc.).


Soy una persona con discapacidad, pero el tipo de minusvalía que tengo (síndrome de Asperger) no me imposibilita para nada el poder meterme en todas estas áreas; de hecho, le llaman “el síndrome de los sabios” porque ha habido y hay muchas celebridades de la cultura y de la política con este síndrome que, pese a lo que diga el resto de la gente, no es una enfermedad (entre otros, están Bill Gates, Steven Spielberg, Tim Burton y Woody Allen, y es posible que también lo hayan sido tres figuras históricas: Isaac Newton, George Washington y Albert Einstein (esto es porque se han analizado diferentes muestras de ADN de sus huesos) y hay una frase muy bonita que se dice sobre la gente que lo tenemos: “somos capaces de mirar la cara oculta de la luna”, de ir más allá que la mayoría de la gente en nuestras explicaciones, pero nos fallan los medios a la hora de expresar nuestras ideas (aunque es algo que podemos resolverlo aprendiéndolo).


Es por ello que me gusta tanto el tema de la cultura y, dentro de todo, de la poesía, pues soy una persona muy creativa y con una imaginación que, según yo siento, muchas veces me desborda; por tal motivo, elegí este curso que, aunque no lo he podido acabar, me ha reactivado un poco ese gusto por la poesía que tenía dormido desde hace muchos años (y que espero seguir retomando a pesar de los derroteros que tome mi vida). He tenido unos compañeros muy agradables y un profesor que da bastante ejemplo de algo admirable: superación.

Por mi parte no puedo decir nada más que espero volver a hacer otro curso de estas características sin que, eso sí, no se me ponga nada de por medio.

Un saludo y hasta siempre


Roberto M. Martínez