miércoles, 15 de octubre de 2014

REFLEJO DE LUNA EN LA CASCADA

REFLEJO DE LUNA EN LA CASCADA

El sol hacia unos instantes que se había marchado.
La luna tímidamente hacia su aparición,
en esos instantes entre las malezas salió una bella muchacha,
siempre esperaba esos momentos,
para hacer sus baños de renovación.

El día había sido largo, y caluroso,
las venas parecieran hervir dentro del cuerpo
y allí estaba esa agua cálida, refrescante y burbujeante,
a causa de la leve cascada que corría entre las rocas,
el terreno había hecho una balsa natural
y en aquel lugar del río el agua era aún más refrescante.

Siempre hacía lo mismo, andaba unos pasos…
daba vueltas en torno a las rocas que había alrededor,
como queriendo reconocer el terreno,
agradecida por eso lugar,  bello enigmático
que cada noche la esperaba.
Era su santuario natural, cada día pareciera igual,
pero a la vez distinto, el rumor de las aguas le traía
nuevas impresiones y sensaciones,
unas veces hablaba a sus sentidos,
otras a su ego  más profundo,
otras a sus deseos y anhelos, otras a su próximo futuro…


 Cuando con sus manos había acariciado cada roca,
insuflaba el aire, insuflando su pecho desnudo
y dando un salto se sumergía entre sus aguas,
en esos momentos eran un cuerpo con ella,
y respetuosamente con sus ojos cerrados se deslizaba,
dejando que el agua de la cascada rozara su cuerpo,
como si ella quisiera arrancarle, todo lo negativo,
todo agobio o preocupación y de nuevo salía para tomar el aire,
volviendo entonces a deslizarse entre el burbujeo de sus aguas.

Cuando terminaba su ritual,
ya la luna estaba en su máximo apogeo
y allí serena en calma,
esperaba a  que el rayo de luna llegara a la balsa,
esos momentos eran mágicos,
el agua se tornaba de plata y lentejuelas
y todo se extasiaba ante tanta belleza,
La cascada bajaba su sonido,
solo se escuchaba como un leve rumor…
de sus ondas salían palabras cantarinas
y con cada golpe de agua la palabra se recalcaba,
pero con matices diferentes,
como ligeras insinuaciones dirigidas hacia ella
y así agradecida cada noche
volvía de nuevo a su entorno
tranquila meditando en el secreto
que aquella noche se le había revelado.

Nany Hurtado

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